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[Reportaje] Mural Piwkentukun: Recordar es volver a pasar por el corazón
En el Día Nacional de la Verdad y la Reconciliación, este sábado 30 de septiembre, inauguran en Montreal un mural del artista mapuche Aner Urra, bajo la dirección artística del colectivo Creativo Arts Collective. La obra Piwkentukun es un memorial dedicado a las niñas y niños indígenas de Canadá y de manera más general, a los pueblos originarios de toda América.
El mural Piwkentukun que significa volver a pasar por el corazón en lengua mapuche, develado en el marco del Día Nacional de Verdad y Reconciliación.
Foto: Creativo Arts / Aner Urra / Cortesía
La definición etimológica de la palabra recordar es volver a pasar por el corazón, dice Aner Urra en entrevista con Radio Canadá Internacional.
Para el artista visual mapuche, que estuvo en Montreal durante varias semanas ideando y realizando el mural Piwkentukun, recordar es “tomar nuestro corazón y hacer memoria”, de una forma contenida, que no sea desordenada ni violenta, más bien consciente de lo que sucedió, sin omitir cosas.
Recordar el genocidio histórico de los pueblos indígenas en toda América y durante la dictadura en Chile, y el descubrimiento de tumbas [sin marcar] de niños indígenas en Canadá. Todo eso quise incluirlo en el mural a través de varios símbolos visuales.

El artista visual Aner Urra, considerado uno de los mejores representantes del muralismo chileno actual.
Foto: Radio-Canada
El artista explicó que los elementos simbólicos que eligió para la obra no son aleatorios.
El niño, por ejemplo, representa la inocencia que contiene en su manos el pasado, en forma de corazón.
Cuando un ser humano con sus manos toma acción en algo, puede hacer un cultivo, una escultura, construir un hogar. Las manos del niño conteniendo el corazón, para mí, simbolizan que vamos a remover cosas para recordar en un gesto de reparación, de memoria, de cariño, un de ternura ante tantos dolores del tiempo pasado.
El mural Piwkentukun que significa volver a pasar por el corazón en lengua mapuche, develado en el marco del Día Nacional de Verdad y Reconciliación.
Foto: Creativo Arts / Aner Urra / Cortesía
Los otros elementos del mural también son simbólicos para el muralista. En particular, el color naranja en la ropa del niño tiene un significado especial en Canadá ya que reconoce la muerte de niños y niñas indígenas en las escuelas residenciales, así como la fuerza de quienes sobrevivieron.
Las flores de canelo y de frutillas (fresas) de las que está rodeado el niño en el mural representan el territorio y la salud, mientras que la máscara de madera sus rituales tradicionales.
Un proyecto de larga preparación

Rodrigo Ardiles (izq.) y Aner Urra bajo el mural Piwkentukun cuando fue finalizado.
Foto: Creativo Arts / Aner Urra / Cortesía
El director artístico de Creativo Arts, la organización detrás del mural, explicó a RCI que la idea de este mural surgió antes de la pandemia.
Rodrigo Ardiles dice que en el marco de los 50 años de presencia chilena en Canadá, que se celebra este 2023, era importante también resaltar que muchos de los exiliados de Chile son descendientes de indígenas mapuches que hoy viven en este territorio que también es un lugar de convergencia de diversas naciones indígenas canadienses, entre ellas la mohawk o kanienʼkehá꞉ka.
El chileno-canadiense afirma que para la comunidad chilena, la tragedia de los desaparecidos no es una novedad.
Pero cuando en Canadá comenzó el descubrimiento de fosas de niños indígenas pensamos que era necesario reconocerlo y entregar también nuestra solidaridad, la misma que recibimos de los pueblos originarios aquí cuando llegamos en los 70. Es una forma de retribuir ese sentimiento de cariño y solidaridad en un gesto que también busca la reparación.
Antes de comenzar a pintar en el muro, Aner Urra hizo una corta residencia en la Galerie 3440 del barrio de Montreal Norte, donde hizo su bosquejo.
Menores indígenas y las escuelas residenciales en Canadá

Una mujer y dos niños vestidos con camisetas naranjas rinden homenaje a las niñas y niños que murieron en las escuelas residenciales de Canadá.
Foto: Radio-Canada / Maggie MacPherson
Entre 1870 y 1996, más de 150.000 niños y niñas de las Primeras Naciones, métis e inuit de Canadá fueron obligados a vivir en internados financiados por el gobierno federal y administrados en su mayoría por la Iglesia Católica.
Para las naciones indígenas del país, esas escuelas residenciales representaron un genocidio cultural y la historia les está dando razón.
Desde 2021 se han localizado en Canadá unas 1.300 tumbas sin marcar o sin nombre en los terrenos aledaños a varias de las escuelas residenciales para niños indígenas.
El cuarto volumen del informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) fue consagrado a las tumbas sin nombre y a las niñas y niños indígenas muertos y desaparecidos en Canadá.
Se sabe hoy que más de 4.000 niños murieron en esas escuelas residenciales por enfermedades, accidentes, negligencia y actos criminales.

El artista Aner Urra, autor del mural pasó dos semanas pintando el mural Piwkentukun que se encuentra en la esquina de la Avenida Parc y la calle Milton, en el centro de Montreal.
Foto: Creativo Arts / Aner Urra / Cortesía
Es por esto que para Rodrigo Ardiles el mural Piwkentukun cumple dos funciones. Por un lado, visibilizar el trauma de una forma artística donde podemos unir nuestro dolor a la esperanza de buscar la reparación tan deseada
, afirma.
El segundo es conocer el gran talento de Aner Urra, considerado uno de los artistas mapuche más destacados en el gran formato mural, heredero del muralismo mexicano que llegó a Chile en los años 40 y 50 y representante del nuevo arte urbano chileno. Aner une la cultura ancestral mapuche con una sensibilidad especial, lo que lo hace un buen emisario del mensaje.
El mural Piwkentukun se encuentra en la esquina de la avenida Parc y la calle Milton, en el centro de Montreal.
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