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[Reportaje] Tu’wusht, Tal A’xin y xʷc̓ic̓əsəm: tres huertos indígenas en Vancouver
Bajo los conceptos de “la comida como medicina” y de las plantas como ejes del conocimiento indígena y de la relación entre humanos y naturaleza, tres proyectos hortícolas hechos por y para indígenas crecen dentro del campus de la Universidad de Columbia Británica (UBC), en la zona metropolitana de la ciudad de Vancouver, en el oeste de Canadá.
En la zona dedicada a la Granja de la Universidad de Columbia Británica se encuentran los tres huertos indígenas: el Tu’wusht, el Tal A'xin: Maya en exilio y el xʷc̓ic̓əsəm.
Foto: Radio-Canada / Paloma Martinez-Mendez
Con una superficie de más de 400 hectáreas, el imponente campus de la Universidad de Columbia Británica se encuentra rodeado de bosques por tres de sus lados y de un océano por el cuarto, y está a sólo 30 minutos en autobús del centro de Vancouver.
Durante casi todos sus cien años de historia, el plantel ha estado ubicado en este lugar, territorio tradicional del pueblo Musqueam.
Ahí, en la zona dedicada a la
granja de la UBC se encuentran los tres huertos indígenas: el Tu’wusht, el Tal A'xin: Maya en exilio y el xʷc̓ic̓əsəm.La parcela xʷc̓ic̓əsəm
Flores, frutas, verduras y plantas medicinales florecen en el campus de la Universidad de Columbia Británica.
Foto: Radio-Canada / Paloma Martinez-Mendez
Bajo la coordinación del Dr. Eduardo Jovel, maya-pipil de origen salvadoreño, este huerto es conocido como xʷc̓ic̓əsəm que se pronuncia fonéticamente como Hw 'ts i 'ts u sum
,
Hace 17 años aproximadamente empecé este huerto. Su nombre viene de una palabra en la lengua hən̓q̓əmin̓əm̓ del pueblo Musqueam que se traduce como el lugar donde crecemos. No sólo hacemos crecer plantas medicinales sino que la tierra también nos hace crecer.
En Canadá desde hace 40 años, el director de
Alianzas de Investigación Indígena de la UBC dice que al fundar el huerto él se encontraba en un momento crucial de su vida profesional y personal.Luego de años de trabajar con pueblos indígenas en el Amazonas, los Andes, Nueva Zelandia y México como botánico, químico y micólogo (especialista de los hongos), el maya-pipil decidió rendirle homenaje a las comunidades indígenas de Columbia Británica que lo acogieron al llegar. También a sus propias tías y abuelas, quienes le transmitieron en El Salvador el amor por las plantas.

Eduardo Jovel se marchó de El Salvador durante la guerra. Estudió botánica, química y micología. Siempre se interesó por las plantas, ya que, según él, le permiten mantenerse en contacto con su cultura ancestral. Cuando terminó sus estudios en la UBC, la universidad le contrató como director del Instituto de Salud Indígena.
Foto: Radio-Canada / Paloma Martinez-Mendez
El nombre del huerto xʷc̓ic̓əsəm fue un regalo del anciano Larry Grant del pueblo musqueam, profesor adjunto en el Programa de Primeras Naciones y Lenguas en Peligro de Extinción, de la UBC. Para Eduardo Jovel, un nombre indígena es atribuido trae consigo responsabilidades que se deben respetar.
Por ejemplo, el compromiso de asegurarse que las actividades se realicen de acuerdo con los respectivos protocolos indígenas y que se incorporen ceremonias tradicionales, dice el investigador.
Es respetando estos preceptos que esta parcela se ha convertido en un lugar donde se han ido construyendo comunidades, afirma Jovel.
Es un lugar de diálogo, de ceremonia, de educación e investigación. Un lugar donde coinciden dimensiones espirituales, emocionales, intelectuales y físicas; donde se llevan a cabo prácticas indígenas de salud y bienestar y donde la gente indígena determina e identifica la dirección que el huerto debe tomar.
Pancarta indicando el nombre completo de la parcela: xʷc̓ic̓əsəm: Huerto de Investigación y Educación en Salud Indígena, parte de los proyectos de las Alianzas de Investigación Indígena de la Facultad de Territorio y Sistemas Alimentarios de la Universidad de Columbia Británica.
Foto: Radio-Canada / Paloma Martinez-Mendez
En el xʷc̓ic̓əsəm se cultivan aproximadamente 70 plantas medicinales y algunas otras que sirven únicamente para la alimentación, dice Jovel.
Además, es un espacio multigeneracional ya que los visitantes y colaboradores del huerto van desde niños pequeños de guardería hasta ancianos y estudiantes universitarios.
Así, la parcela xʷc̓ic̓əsəm es un espacio de intercambio de conocimiento de diferentes saberes ancestrales y de diferentes generaciones, muy importante especialmente en los espacios urbanos, afirma el investigador maya-pipil.
- 1 de 7 : , Foto: Radio-Canada / RCI / Paloma Martínez Méndez
- 2 de 7 : Zona dedicada a las ceremonias de fuegos sagrados., Foto: Radio-Canada / RCI / Paloma Martínez Méndez
- 3 de 7 : Variedad de calabazas del huerto., Foto: Radio-Canada / RCI / Paloma Martínez Méndez
- 4 de 7 : , Foto: Radio-Canada / RCI / Paloma Martínez Méndez
- 5 de 7 : , Foto: Radio-Canada / RCI / Paloma Martínez Méndez
- 6 de 7 : El huerto se encuentra rodeado de zonas de bosque., Foto: Radio-Canada / RCI / Paloma Martínez Méndez
- 7 de 7 : Otros ejemplos de las parcelas del huerto indígena., Foto: Radio-Canada / RCI / Paloma Martínez Méndez
Según el estudio
Trabajando juntos: Una guía para la indigenización de las instituciones postsecundarias, una herramienta desarrollada por Kory Wilson en 2016, casi 900.000 indígenas canadienses vivían en zonas urbanas de más de 30.000 habitantes. Eso significa que más de la mitad de los indígenas de Canadá. A menudo se les denomina "indígenas urbanos".Además, muchas ciudades canadienses ocupan los territorios y reservas tradicionales de las Primeras Naciones. Vancouver, por ejemplo, se encuentra en el territorio tradicional de las naciones Musqueam, Squamish y Tsleil-Waututh.
La mayoría de los pueblos indígenas urbanos consideran que la ciudad en la que viven es su hogar
ya que sus ancestros han estado ahí por generaciones. Sin embargo, para muchos también es importante mantener un estrecho vínculo con la comunidad indígena de origen de su familia. Puede ser el lugar donde nacieron o donde vivieron sus padres o abuelos.

Eduardo Jovel en su oficina.
Foto: Radio-Canada / Paloma Martinez-Mendez
Según Eduardo Jovel, a aquellos que viven lejos de su territorio ancestral
se les podría considerar como personas desplazadas de sus comunidades ya que al llegar a la ciudad no tienen acceso a la tierra.
Huertos como el nuestro son un ejemplo de cómo proveer acceso a un lugar culturalmente adecuado para implementar prácticas ancestrales de agricultura y medicina a través de ceremonias o del simple acceso a plantas medicinales o sencillamente para compartir comidas juntos, con lo que se crea un sentimiento de comunidad.
Tal A'xin: Maya en exilio
De izquierda a derecha, Lix López, Fabiana, Francisca, Máximo y Luis, miembros del equipo del huerto Tal A'xin: Maya en exilio de la granja de la Universidad de Columbia Británica.
Foto: Maya Garden UBC
La idea de la parcela maya Tal A'xin surgió en 1986 aunque solo comenzó a ser parte de la Granja de la UBC hasta el año 2000 cuando un amigo y simpatizante del Grupo de Apoyo a los Indígenas Mayas y voluntario de la Granja de la UBC informó a las familias guatemaltecas interesadas de la posibilidad de solicitar una parcela para el proyecto en la UBC. El grupo acogió con satisfacción la idea y en 2000 se estableció el huerto en la Granja de la UBC.
Lix López, miembro fundador del huerto maya, dice que la civilización y la cultura mayas han evolucionado en torno a la siembra del maíz.
Con este huerto, las familias mayas querían mantener vivas las tradiciones y la cultura mayas continuando con los cultivos mayas en Canadá. Esto ha permitido a los niños aprender sobre su cultura y fortalecer su identidad. Nos ha recordado quiénes somos y de dónde venimos.
Este anciano maya mam quien posee una maestría en administración educativa de la UBC explica que al principio, las familias participantes plantaban lo que se conoce entre los mayas como "las tres hermanas": maíz, frijol y calabazas. Más tarde, los cultivadores incorporaron hortalizas como el amaranto (bledo), la yerba mora y el epazote, entre otros cultivos.
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- 2 de 7 : Todos los sábados entre junio y octubre, los miembros del huerto maya venden algunos de los excedentes de su producción., Foto: Maya Garden UBC
- 3 de 7 : Voluntarias y voluntarios, Foto: Maya Garden UBC
- 4 de 7 : Fabiana es una de las fundadoras de la parcela maya., Foto: Maya Garden UBC
- 5 de 7 : Lix López es uno de los fundadores de la parcela maya., Foto: Maya Garden UBC
- 6 de 7 : El frijol es una de "las tres hermanas", cosechas esenciales de los pueblos mayas junto con la calabaza y el maíz., Foto: Maya Garden UBC
- 7 de 7 : El maíz es una de "las tres hermanas", cosechas esenciales de los pueblos mayas junto con la calabaza y el frijol., Foto: Maya Garden UBC
Cada temporada del huerto Tal A'xin comienza con una ceremonia tradicional maya para pedir permiso a la Madre Tierra y al Creador para roturar la tierra y bendecir las semillas, muchas de las cuales las familias traen desde Guatemala.
"El huerto sigue siendo un lugar para compartir la cultura y mantener las prácticas ancestrales", dice Lix López.
Testigo de su evolución, Eduardo Jovel explica que este huerto recuerda que es muy valioso que los miembros del Tal A'xin traigan a Canadá sus propias semillas desde Guatemala. Recordemos que la seguridad alimentaria se basa también en la seguridad de la semilla, dice.
El botánico, quien también tiene ancestros mayas, dice haber sido testigo de la trasmisión de padres y abuelos a hijos y nietos de esas primeras seis familias fundadoras del huerto Tal A'xin.
Los vi cuando se establecieron y luego la familia ha crecido. Hoy también vemos a los hijos y nietos de ellos implementando las prácticas para mantener las parcelas.
El huerto Tu’wusht
Uno de los espacios compartidos entre los tres huertos, pero particularmente el xʷc̓ic̓əsəm y el Tu’wusht es el área dedicada a las ceremonias de los fuegos sagrados.
Foto: Radio-Canada / Paloma Martinez-Mendez
Ese pedazo de tierra, cuyo enfoque principal es la seguridad alimentaria, es manejado por la comunidad indígena local de la nación Musqueam.
Producen alimentos especialmente del durante la época entre la primavera y el otoño. Y cada cada semana, durante toda la época de producción se mandan aproximadamente entre 30 a 40 canastas de comida para la comunidad.
El Tu’wusht colabora estrechamente con el huerto xʷc̓ic̓əsəm ya que ambos funcionar bajo los preceptos de la comida como medicina
y comparten espacios comunes para las ceremonios de los fuegos sagrados que se llevan a cabo cada mes y que están abiertas a toda la comunidad.
Asimismo, para hacer las ofrendas a los ancestros presentadas por el fuego, ambos huertos hacen crecer plantas sagradas en el huerto como el tabaco, pastos largos, salvia que usan durante las ceremonias.
También tienen un proyecto conjunto con un grupo de ancianas musqueam que comparten conocimiento acerca de plantas medicinales y producen ellas mismas sus medicinas como pomadas y emulsiones a partir de las plantas de la parcela.
Indicaciones para cada uno de los espacios de la granja.
Foto: Radio-Canada / Paloma Martinez-Mendez
Además de los tres huertos indígenas que funcionan de forma autónoma, en la Granja de la UBC existe otra iniciativa que engloba las otras tres. Se trata del
Programa de Bienestar Urbano Culturalmente Relevante, desarrollado en 2011 por la Agencia de Servicios para la Infancia y la Familia Indígenas de Vancouver.Cada año, estos programas de huertos atraen a miles de visitantes a la Granja e involucran a decenas de estudiantes de la UBC a través de conexiones académicas como visitas de clase, proyectos de grupo, investigación de posgrado y estudios dirigidos.
Todos estos proyectos son coordinados por el
Centro de Sistemas Alimentarios Sostenibles de la Granja de la UBC.