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Presupuesto federal invertirá en atención dental y recortará gastos

Chrystia Freeland.

La ministra de Finanzas de Canadá, Chrystia Freeland, adoptó un enfoque prudente en su presupuesto ante una posible recesión en Canadá.

Foto: La Presse canadienne / Sean Kilpatrick

RCI

La ministra de Finanzas de Canadá, Chrystia Freeland, presentó este 28 de marzo un presupuesto federal con un déficit de unos 10.000 millones de dólares por encima del previsto inicialmente, debido a las dificultades de la economía y a nuevos gastos en iniciativas como un programa nacional de atención dental.

Según el plan fiscal de Freeland, el déficit será de 40.100 millones de dólares en 2023-24, frente a los 30.600 millones que se habían previsto el pasado otoño.

El presupuesto de Freeland, relativamente breve de 250 páginas, fue presentado como un plan centrado en la lucha contra la inflación y en posicionar la economía de cara al futuro mediante créditos fiscales multimillonarios para estimular el sector de las energías limpias.

El debilitamiento de la economía significa que Ottawa recaudará este año fiscal 5.700 millones de dólares menos en ingresos en comparación a las previsiones iniciales.

Para contener el creciente déficit, Freeland presentó una serie de aumentos de los impuestos a los canadienses más ricos y las grandes empresas, así como recortes en el gasto público.

En total, Freeland planea recortar el gasto en unos 15.400 millones de dólares en los próximos cinco años mediante reducciones selectivas, incluyendo un esfuerzo para frenar el uso de servicios profesionales, de consultores de gestión y una reducción de los gastos de viaje.

En su presupuesto, la ministra Freeland prometió aplicar un impuesto del 2% a la recompra de acciones, aumentar el impuesto mínimo alternativo para que los más ricos paguen más y gravar los dividendos percibidos por las entidades financieras, tres iniciativas con las que se prevé recaudar 11.600 millones en los próximos cinco años.

El presupuesto también aumenta la tasa de seguridad de los pasajeros aéreos en un 32,85% para hacer frente al lamentable estado de los aeropuertos canadienses. Esto supone una tasa de 34,82 dólares para los vuelos internacionales.

Los pasajeros aéreos también tendrán que sufragar parte de los costos asociados a la mejora de la seguridad y el control de equipajes.

Entre otros aspectos destacados del presupuesto federal se incluye un reembolso por el costo de los alimentos. Se trata de un pago único que proporcionará a las familias elegibles hasta 467 dólares. Las personas solteras sin hijos podrían obtener hasta 234 dólares más.

Una persona comprueba su factura de la compra.

El presupuesto federal se incluye un reembolso por el costo de los alimentos que será determinado según el nivel de ingresos de cada canadiense, dando más a quienes menos ganan.

Foto: getty images/istockphoto / LordHenriVoton

El presupuesto también incluye un aumento del 40% de las becas para estudiantes canadienses, un plan de 13.000 millones de dólares para ampliar la atención dental a las familias que ganan menos de 90.000 dólares al año, un nuevo crédito fiscal reembolsable del 15% para inversiones en electricidad limpia, un crédito fiscal reembolsable del 30% para inversiones en fabricación de tecnología limpia.

El documento también contiene recortes del gasto público y un impuesto sobre la recompra de acciones.

En un discurso ante los diputados en la Cámara de los Comunes tras presentar su presupuesto, Freeland afirmó que el documento mantiene la orgullosa tradición de responsabilidad fiscal de Canadá.

Ante la previsión de que el crecimiento económico será casi nulo este año, ya que Ottawa prevé un aumento del PIB del 0,3%, Freeland afirmó que el gobierno liberal necesita seguir por la senda de prudencia económica, aunque gastando más en algunas áreas.

Ejerciendo la moderación fiscal, nos aseguramos de poder seguir invirtiendo en los canadienses y en la economía canadiense en los años venideros, declaró Freeland.

Kevin Page, ex responsable parlamentario del presupuesto, declaró que el gobierno canadiense tiene una visión más pesimista sobre las perspectivas económicas de Canadá desde la declaración económica de noviembre de 2022.

Tendremos un crecimiento real nulo en 2023. La tasa de desempleo va a aumentar. Realmente no se puede decir que se hayan abierto la bolsa de dinero en este presupuesto, dijo Page, añadiendo que los aumentos de gasto previstos son relativamente modestos.

En el documento de Freeland no había ninguna referencia sobre nuevas iniciativas para hacer frente a la escasez de viviendas, un problema que no ha hecho más que agravarse a medida que el país recibe a cientos de miles de nuevos inmigrantes que buscan un lugar donde vivir.

Canadá recibió más de un millón de inmigrantes el año pasado, pero la construcción de viviendas no ha seguido el mismo ritmo.

En términos de acceso a la vivienda, estamos ante un verdadero problema, afirmó Armine Yalnizyan, economista e investigador Atkinson sobre el futuro de los trabajadores.

Me parece sorprendente que este gobierno esté importando más de un millón de personas, temporal y permanentemente, con cada una de ellas necesitando un lugar donde vivir y que no estemos acelerando la construcción de viviendas de alquiler asequibles.
Una cita de Armine Yalnizyan, economista.

La cuenta de ahorro para la vivienda, prometida desde hace tiempo por Ottawa, será puesta en marcha este año y ofrecerá ahorros fiscales a quienes compren una vivienda por primera vez.

La Agencia del Consumidor Financiero de Canadá también está elaborando una especie de código de conducta para proteger a los canadienses que tienen hipotecas que se enfrentan a circunstancias excepcionales. El presupuesto no ofreció detalles.

Aproximadamente el 70% de los 43.000 millones de nuevos gastos netos anunciados en el presupuesto de este año serán destinados a la salud pública y atención dental durante los próximos seis años.

Una persona sostiene la mano de un niño en una cama de hospital.

Entre las mayores inversiones en el nuevo presupuesto federal se encuentra el financiamiento del sistema de salud pública.

Foto:  Aetios Productions

El presupuesto puso en reserva los fondos necesarios para un financiamiento completo de su plan de atención dental, cumpliendo el compromiso del gobierno minoritario liberal con el Nuevo Partido Democrático, del cual depende para mantenerse en el gobierno.

El programa seguirá siendo implementado este año, ampliando el acceso a los servicios dentales para los canadienses con ingresos más bajos y que aún no tienen acceso a un dentista.

Cuando el programa de acceso al servicio dental esté plenamente implementado en 2025, unos nueve millones de canadienses sin seguro y con ingresos familiares anuales inferiores a 90.000 dólares tendrán acceso a esa cobertura. No habrá copagos para quienes tengan ingresos familiares inferiores a los 70.000 dólares anuales.

El programa será gestionado por el Ministerio de Salud de Canadá y un administrador de prestaciones externo que se encargará de gestionar realmente las prestaciones del programa, una estructura que básicamente deja fuera de juego a las provincias y territorios.

Ningún canadiense volverá a tener que elegir entre cuidarse los dientes o pagar las facturas a final de mes, declaró Freeland. Hay inversiones importantes y necesarias.

Aunque el Partido Liberal prometió una transferencia dedicada a la salud mental en la campaña electoral federal de 2021, el presupuesto de Freeland ofrece poco para ayudar a los canadienses que luchan contra la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático y otras dolencias.

La mayor partida presupuestaria para este expediente son 158,4 millones de dólares que serán invertidos en tres años para poner en marcha la línea telefónica 988 de prevención del suicidio.

Para luchar contra la crisis de los opioides, el presupuesto federal destinará unos 359,2 millones de dólares a lo largo de cinco años para apoyar una renovada estrategia canadiense sobre drogas y sustancias. Eso incluye nuevos fondos para ayudar a prevenir el abuso de sustancias y agilizar el establecimiento de nuevos sitios de consumo supervisado.

A principios de año, Ottawa firmó un acuerdo histórico con los primeros ministros de las provincias y territorios: un importante compromiso fiscal que aumentará sustancialmente la transferencia de fondos para la salud en los próximos años.

Sin embargo, el presupuesto no aborda realmente cómo las provincias y territorios mantendrán los actuales niveles de personal de salud y contratarán nuevos trabajadores para un sistema que enfrenta dificultades tras años de problemas relacionados con la pandemia del Covid-19.

Es una laguna muy llamativa en el documento. Hablamos de los trabajadores agrícolas, los camioneros, los mineros de minerales críticos, pero no hay nada aquí sobre las personas que nos proporcionan servicios críticos, como los médicos y las enfermeras, dijo Yalnizyan.

Eso es un problema, porque nuestro sistema se está cayendo a pedazos. Han dado mucho dinero a las provincias, pero los federales no han reservado ni un céntimo para garantizar que esos fondos no sean despilfarrados en agencias de enfermería y asistencia con fines de lucro, añadió.

Un alto funcionario del gobierno dijo que Ottawa necesita una respuesta contundente a la reciente Ley de Reducción de la Inflación del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, un proyecto de ley que, a pesar de su nombre, es en realidad un plan que responde al cambio climático prometiendo cientos de miles de millones de dólares en financiación para estimular el desarrollo de energías limpias y un sector manufacturero más ecológico.

Si el gobierno federal no presenta un plan propio, Canadá se quedará rezagada, afirmó el funcionario.

Con ese fin, el gobierno federal presentó un crédito fiscal a la inversión en energías limpias y tecnologías limpias para construir un futuro próspero con bajas emisiones de carbono.

El presupuesto ofrece un crédito fiscal reembolsable del 15% para las inversiones subvencionables en sistemas de generación de electricidad sin emisiones, como proyectos eólicos, solares concentrados, hidroeléctricos, undimotrices, mareomotrices y nucleares. Ese crédito costará unos 4.500 millones de dólares en cinco años.

Para estimular la fabricación de tecnologías limpias, el presupuesto propone un crédito fiscal reembolsable equivalente al 30% del costo de las inversiones en maquinaria y equipos nuevos.

Esto será útil para las empresas que quieran extraer, procesar o reciclar minerales críticos como el litio, el cobalto, el níquel, el grafito, el cobre y los elementos de tierras raras, productos muy demandados en todo el mundo a medida que aumenta drásticamente la fabricación de vehículos eléctricos.

Fuente: RC / J. P. Tasker

Adaptación: RCI / R. Valencia

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