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Palabras amables, temas fuertes: Qué esperar de la visita del presidente Biden a Canadá

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, estrecha la mano del primer ministro Justin Trudeau durante una reunión bilateral en la Cumbre de Líderes de América del Norte en Ciudad de México el 10 de enero de 2023. (Kevin Lamarque/Reuters)
Foto: Reuters / Kevin Lamarque
Cuando los presidentes estadounidenses visitan Canadá, hay un patrón recurrente en su oratoria. Dan cucharadas de azúcar, con odas endulzadas para una de las relaciones bilaterales más felices en un mundo complicado
Luego viene la dosis de medicina: una inyección de amor duro junto con la petición de que Canadá haga más por el mundo.
Hablemos, por ejemplo, del celebrado discurso de Jonh F. Kennedy, siempre citado por políticos cuando cruzan la frontera: La geografía nos hizo vecinos, dijo Kennedy. "La historia nos ha hecho amigos. La economía nos ha hecho socios. Y la necesidad nos ha hecho aliados".
Se recuerda menos otra parte de ese mismo discurso, la parte en la que el presidente Kennedy presionó públicamente a un reticente primer ministro John Diefenbaker para que aumentara su implicación en el hemisferio y se uniera a la entonces incipiente Organización de Estados Americanos (OEA). Kennedy también pidió una renovación de la OTAN.
"Sin duda significaría una responsabilidad más", dijo Kennedy al Parlamento en mayo de 1961, hablando de la OEA. "Pero la suya no es una nación que huya de la responsabilidad", agregó.
El presidente Barack Obama hizo lo mismo. Su discurso de 2016 en el Parlamento despertó tal subida de azúcar que, cuando terminó, los parlamentarios canadienses estaban de pie, pidiendo en coro, "¡cuatro años más!".
Los diputados canadienses aplaudieron incluso cuando el presidente Obama, de forma muy educada, insinuó que Canadá estaba moroso en lo que se refiere al gasto en seguridad internacional.
Ahogado en aplausos, Obama dijo que el mundo necesitaba más Canadá. "La OTAN necesita más Canadá", dijo. "Los necesitamos".
Todo esto nos trae a esta semana, pues el presidente Joe Biden estará de visita en el país a partir del jueves.
Por primera vez en décadas, un presidente estadounidense permanecerá más de 24 horas en Canadá, en una visita bilateral, que terminará con un discurso de Biden, en el Parlamento, el viernes.
Las relaciones entre ambos países están, relativamente, en una buena posición. Un desacuerdo potencial por los vehículos eléctricos fue resuelto, así como otro más pequeño generado por el programa de viajeros NEXUS.
Armas, jets y satélites

La estación de recepción de satélites de Inuvik, en el ártico canadiense.
Foto: Radio-Canada / Alexandre Lamic
Pero existe esa súplica recurrente de Estados Unidos en cuestiones internacionales que puede resumirse en una frase: "Hagan más, por favor, y más rápido". Concretamente en materia de migración, Haití y gasto en defensa.
Funcionarios estadounidenses han manifestado a sus homólogos canadienses su aprecio por los recientes aumentos que harán que el gasto en defensa canadiense aumente en 15 000 millones de dólares, o 40%, en varios años. Han saludado las promesas de Canadá de comprar aviones F-35 y modernizar el NORAD.
También han pedido a los canadienses acelerar el proceso. Ottawa tiene una proyección para modernizar el NORAD en 20 años. Los estadounidenses quieren ver materializado el proyecto en menos tiempo.
"Estamos enfrentando retos del siglo XXI. Y necesitamos respuestas del siglo XXI. Y esas respuestas cuestan dinero", dijo el embajador estadounidense, David Cohen, a la periodista de CBC Rosemary Barton, el fin de semana.
Ottawa podría acelerar la modernización del NORAD sustituyendo los satélites que cubren el Ártico. Su vida útil expira en 2026 y no se espera que entren en servicio nuevos satélites hasta principios de la década de 2030.
La ministra de Defensa canadiense, Anita Anand, advirtió el martes que, aunque siempre aboga por acelerar las inversiones, la instalación de nuevas tecnologías plantea problemas logísticos.
"Este es un proceso y llevará tiempo", dijo.
Ayuda para Haití
Un niño gesticula mientras busca refugio tras salir de la escuela en medio de la violencia de las bandas en Puerto Príncipe, Haití, el 3 de marzo de 2023.
Foto: Reuters / RALPH TEDY EROL
El Miami Herald reportó que Estados Unidos está presionando a Canadá para que decida si lidera una fuerza de estabilización internacional, luego de meses de incertidumbre. La administración está esperando una respuesta mientras que Biden se encuentre en Ottawa.
Estados Unidos está presionando a Canadá en esta materia por varias razones, dijo un antiguo funcionario del Departamento de Estado.
Benjamin Gedan indicó que Haití se tambalea hacia múltiples crisis: un posible colapso del Estado, una política autoritaria, unas elecciones retrasadas, violencia generalizada y un desastre humanitario que impulsa la migración.
Gedan agregó que Estados Unidos necesita más ayuda gestionando una crisis cercana, de tal manera de tener más libertad para lidiar con retos geopolíticos más distantes, como Ucrania.
Además, dijo, no se confía realmente en EE.UU. en Haití debido a su invasión y ocupación en el pasado. Tampoco se confía en las Naciones Unidas, dado su papel en el brote de cólera y el escándalo de abusos sexuales.
"No hay muchos países, o ninguno, que quiera levantar la mano [para esta misión]", dijo Gedan en el pódcast Canusa Street. Vale destacar que el exfuncionario funge ahora como director del proyecto sobre América Latina del centro de estudios Wilson Center de Washington.
"Por lo que, nuevamente, Estados Unidos recurre a Canadá".
Pero, Canadá no parece dispuesta a liderar esa fuerza.
El gobierno de Trudeau llama la atención sobre otras cosas que los países pueden hacer para ayudar a Haití, como formar a su policía y sancionar a los haitianos ricos que financian a los grupos delictivos.
"La intervención exterior, como hemos hecho en el pasado, no ha servido para crear estabilidad a largo plazo en Haití", declaró recientemente el primer ministro Justin Trudeau.
Migrantes y la frontera
La migración a Canadá por el camino de Roxham, en Quebec, es un tema político de primer orden en Canadá. Los políticos de Ottawa y Quebec están dispuestos a renegociar con Washington el acuerdo del Tercer País Seguro, para que Estados Unidos retenga a los migrantes que entran en Canadá por puntos de entrada irregulares como éste.
Foto: The Canadian Press / Ryan Remiorz
Haití está conectado con otro punto bilateral importante: la migración.
En un acuerdo, el año pasado, que involucró a casi dos docenas de países, Canadá se comprometió a tener un rol de liderazgo en la reubicación de migrantes haitianos y francoparlantes.
Eso fue antes de que el primer ministro de Quebec, François Legault, pidiera a Ottawa frenar la migración irregular en su provincia y que buscara otras regiones para ubicar a los solicitantes de asilo.
Uno de los posibles resultados de la cumbre Biden-Trudeau que se está debatiendo consiste en establecer vías legales adicionales para que los haitianos soliciten asilo.
Este es el tipo de cosas en las que se centra Estados Unidos cuando políticos canadienses como Trudeau y Legault hablan de renegociar un acuerdo fronterizo entre Canadá y Estados Unidos.
Canadá quiere que el Acuerdo de Tercer País Seguro, de dos décadas de antigüedad, se extienda a toda la frontera, de modo que los inmigrantes que crucen entre los puntos de control habituales puedan ser devueltos a Estados Unidos.
Pero Estados Unidos prevé recibir tres millones de migrantes este año, en medio de la mayor oleada mundial de solicitantes de asilo desde la Segunda Guerra Mundial.
Los estadounidenses han dejado muy claro que su prioridad es gestionar el masivo movimiento internacional de personas, no sólo cerrar el paso fronterizo de Roxham en Quebec.
Si Biden dice algo esta semana para hacer avanzar las conversaciones sobre el acuerdo del Tercer País Seguro, Ottawa considerará cualquier nuevo impulso como un progreso.
Cohen declaró a CBC que si los países renuevan el acuerdo, será como parte de un debate más profundo. Si se reflexiona sobre estas cuestiones, se comprende que hay que abordar las causas subyacentes de la inmigración irregular, afirmó.
Canadá podría, como parte de esta conversación, señalar que ha estado aceptando más refugiados que Estados Unidos, incluso bajo el mandato de Biden, y que un porcentaje relativamente modesto de la población estadounidense nació en el extranjero.
El problema de "Buy American"

Joe Biden, durante un discurso de campaña sobre su planteamiento Buy American, en Warren, Michigan, el 9 de septiembre de 2021.
Foto: La Presse canadienne / AP/Patrick Semansky
Canadá también tiene sus quejas.
El país no está contento con la forma en que la administración Biden sigue impulsando sus políticas de Buy American. En el último discurso de Biden sobre el Estado de la Unión, las menciones al Buy American suscitaron el aplauso de ambos partidos.
Los funcionarios canadienses no están seguros de que el último plan presidencial Buy American sea realmente muy perjudicial, a juzgar por su letra pequeña. El plan no se aplica a las compras federales, militares o estatales realizadas por organismos estatales que hayan firmado un tratado global. También excluye la mayoría de los productos.
El jefe del lobby empresarial canadiense dice que aún espera oír de Biden garantías como las que ofreció durante la polémica de los vehículos eléctricos, que se resolvió.
"Donde hay voluntad, hay un camino", dijo Goldy Hyder, presidente del Consejo Empresarial de Canadá.
"Lo que necesitamos del liderazgo [estadounidense] es una señal que diga: 'sí, Canadá, son especiales. Vamos a hacer más con ustedes de lo que podríamos hacer con otro'. Eso por sí solo ayudaría a generar confianza para invertir en Canadá".
Maryscott Greenwood, directora en Washington del Consejo Empresarial Canadiense-Estadounidense, afirma que la visita de Biden no es tan importante en Estados Unidos..
En los días previos al viaje, contó Greenwood, se sentó para una entrevista con una cadena de televisión estadounidense. Preguntó cuándo se emitiría. Quizá nunca, le dijeron, no si acusan a Donald Trump o empeora la crisis bancaria.
Greenwood comparó a Estados Unidos con un bombero corriendo de un edificio en llamas a otro. Biden tiene que hacer frente a múltiples crisis en su país y en el extranjero, desde la migración a la guerra de Rusia contra Ucrania o el ruido de sables de China sobre Taiwán. Más cerca de casa, las relaciones de EE.UU. con el presidente de México también están tomando un giro inflamatorio desagradable.
"Hay que aportar algo relevante"

La demanda mundial de minerales críticos ha aumentado porque son esenciales para fabricar baterías para autos eléctricos y dispositivos electrónicos, así como para construir paneles solares y turbinas eólicas.
Foto: Radio-Canada
Greenwood afirmó que Canadá podría tener más influencia en Estados Unidos si se considera una posible solución a los problemas. Por ejemplo, el impulso de Canadá a la minería de minerales críticos podría aumentar su influencia ante una administración Biden, obsesionada con reducir la dependencia comercial de Estados Unidos respecto a China.
Es de esperar que esta semana se hagan algunos anuncios sobre minerales críticos, además de otros anuncios recientes de financiación destinados a desarrollar esta industria en Norteamérica.
Pero se trata aún de un proyecto incipiente. Y no hay garantías de que funcione.
"Si Canadá quiere ser el primero en la lista, tener influencia y ser importante... tiene que aportar algo relevante", dijo Greenwood.
"En cuanto a los minerales críticos, Canadá está en condiciones de marcar una diferencia enorme, para sí mismo, para Estados Unidos y para el mundo. Pero si no lo consigue hasta dentro de 15 o 20 años, se verá superado por otras jurisdicciones que pueden actuar de forma más definitiva y rápida. Como Australia".
Quizá Biden sorprenda a todos no mencionando públicamente ninguna de estas cosas. Quizá deje los temas más espinosos para discusiones privadas.
Tal vez pronuncie un discurso ante el Parlamento como el de Bill Clinton. En aquel discurso de 1995, la medicina dura estaba reservada al separatismo de Quebec. El resto fue todo azúcar.
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Fuente: CBC News | Alexander Panetta
Adaptación: RCI | M.G. Aguzzi