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La desigualdad de género empuja a las japonesas a inmigrar a Canadá
Yuka Yamamoto Woods dice que la mayoría de sus compañeras de trabajo en Canadá son madres, mientras que su marido ayuda con la crianza de los hijos y las tareas domésticas. En Japón, en cambio, muchas mujeres dejan de trabajar cuando se quedan embarazadas.
Foto: CBC / Ben Nelms
Desde su infancia, a la japonesa Yuka Yamamoto Woods siempre le ha gustado viajar. A los 19 años empezó la carrera de sus sueños, trabajando como personal de tierra para una aerolínea en Tokio.
Tras cuatro años de largas jornadas laborales, se dio cuenta de que era improbable poder ser madre manteniendo su trabajo, y mucho menos que la ascendieran.
No veía a muchas madres, sobre todo entre los directivos. La mayoría de ellos eran hombres, y el personal de tierra que trabajaba en el aeropuerto eran mujeres. La mayoría de ellas dejaba el trabajo apenas quedaba embarazada
, dijo Yamamoto Woods, quien ahora trabaja como monitora de educación infantil y vive con su marido canadiense y sus dos hijos pequeños en la zona metropolitana de Vancouver.
Yamamoto Woods, de 40 años, es una de las casi 14.000 mujeres que decidieron emigrar de Japón a Canadá en las dos últimas décadas. Este número de japonesas supone el 76% de todos los inmigrantes japoneses durante ese periodo, según los datos del censo.
La arraigada desigualdad de género en Japón es una razón de peso para que muchas japonesas decidan dejar su país, según dijeron algunas de las inmigrantes niponas, entre ellas una profesora de trabajo social de la Universidad de Toronto.
Entre 2001 y 2021 las japonesas representaban el 76,5 % de los inmigrantes provenientes de Japón. Las vietnamitas fueron el 64,4 %, las taiwanesas el 59,4%, las filipinas y las mujeres chinas el 56,3%.
Yamamoto Woods llegó por primera vez a Vancouver en 2006 en un viaje de vacaciones y se convirtió en residente permanente varios años después.
Ella afirma que es más fácil ser madre trabajadora en Canadá que en Japón. La mayoría de sus compañeras de trabajo son madres, y su marido la ayuda con la crianza de los niños y las tareas domésticas. Me siento más libre en Canadá
, afirmó.

La arraigada desigualdad de género en Japón es una razón de peso para que muchas japonesas decidan dejar su país.
Foto: Reuters / Yuriko Nakao
El sexismo es una fuerza dominante en Japón, según una profesora
El número de mujeres que emigran han sido noticia nacional en Japón en los últimos meses.
El periódico Asahi Shimbun afirmó que más de 550.000 japoneses, el 62% de ellos mujeres, viven y trabajan en el extranjero como inmigrantes, principalmente debido a la frustración por la lenta economía japonesa, el temor a otro desastre natural tras el terremoto de 2011 y, en el caso concreto de las mujeres, debido a una desigualdad de género profundamente arraigada en Japón.
Japón no ha progresado mucho en el empoderamiento de la mujer, según un informe anual sobre la brecha global de género elaborado por el Foro Económico Mundial, entidad que sitúa a Japón constantemente en el puesto 120 entre aproximadamente 150 países, y en el último lugar entre el grupo G7 de democracias industrializadas, debido a la disminución de la fuerza laboral femenina y al bajo número de mujeres en puestos de liderazgo.
La profesora de trabajo social de la Universidad de Toronto, Izumi Sakamoto, que emigró de Japón a Canadá en 2002, explicó que en Japón las mujeres tienen la misma educación que los hombres, pero que la brecha de género se hace evidente inmediatamente después de la graduación.
Sakamoto explicó que la sociedad japonesa todavía impone expectativas desproporcionadas sobre las mujeres para criar a los hijos y administrar las tareas del hogar, lo que les dificulta permanecer en la fuerza laboral y avanzar en sus carreras.
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La recesión económica en Japón, que comenzó a principios de la década de 1990 después del estallido de una burbuja de activos, se ha traducido en un aumento de los trabajos precarios, dijo Sakamoto, añadiendo que las mujeres ocupan la mayoría de esos empleos precarios debido al privilegio masculino generalizado en las fuentes de trabajo.
En Japón el sexismo en todos los niveles de la sociedad dominada por los hombres es muy fuerte.
Ella agregó que esta situación puede explicar por qué muchas mujeres japonesas han optado por venir a Canadá con una visa de trabajo o como cónyuges de un marido canadiense para obtener la residencia permanente.
Como anécdota, solo unas pocas japonesas han regresado a Japón debido a las barreras del idioma o por no poder encontrar un empleo significativo.

Mika Nakagawa dijo que se siente más respetada en Canadá porque pudo obtener calificaciones profesionales en su campo.
Foto: (Submitted by Mika Antonovic)
Japón para las mujeres: "una cultura asfixiante"
Mika Nakagawa Antonovic, quien obtuvo la residencia permanente en Canadá en 2009 y trabaja como transcriptora de braille para estudiantes con discapacidad visual en Victoria, en la provincia de Columbia Británica, dijo que emigró a Canadá para liberarse de lo que ella describe como los aspectos asfixiantes de la cultura japonesa
, incluido su énfasis en la apariencia física de la mujer.
Un ejemplo de esto, dice Nakagawa Antonovic, de 44 años, es que cada vez que viaja de regreso a Japón tiene que esconder un tatuaje que se hizo en Victoria, debido a la asociación común de los tatuajes con la mafia en su país de origen.
Eso no es un problema en Canadá, dice, ni siquiera en el lugar de trabajo. A mis jefes no les importa que tenga un tatuaje
, dijo.
Nakagawa Antonovic dijo que se siente más cómoda en Canadá porque es una persona franca y siente que no encaja en la cultura japonesa, que prefiere la conformidad; y generalmente se siente más respetada en Canadá porque pudo obtener calificaciones profesionales en su campo.
Jacqueline Holler, profesora de estudios de género de la Universidad del Norte de Columbia Británica, quien enseñó en Tokio hace una década, dijo que la emigración femenina debería preocupar a Japón dado el envejecimiento de su población y la baja tasa de natalidad.
Ella dice que la sociedad japonesa debería tratar de lograr un mejor equilibrio entre su cultura comunal tradicional y el individualismo occidental para acomodar mejor las aspiraciones de las mujeres.
Al mismo tiempo, Canadá puede aprovechar la tendencia, dijo.
Canadá está haciendo un muy buen trabajo atrayendo inmigrantes altamente educados en general, y estas mujeres japonesas probablemente sean parte de esa tendencia más amplia
, dijo Holler.
Fuente: CBC / W. Szeto
Adaptación: RCI / R. Valencia