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[Reportaje] Sin saberlo, canadienses compran bienes producidos con trabajo forzado
Desde alimentos hasta aparatos electrónicos y ropa, muchos bienes disponibles en comercios canadienses son producidos a través de prácticas coercitivas y abusivas. Activistas en Canadá quieren que políticos del país actúen contra esas prácticas, algunas de las cuales ocurren en América Latina.

Organismos de la sociedad civil piden a legisladores canadienses actuar firmemente para que los productos del trabajo forzado y la esclavitud moderna no lleguen al país y para evitar esas prácticas abusivas en el mundo.
Foto: (Chris Helgren/Reuters)
Al inicio de la nueva sesión parlamentaria canadiense que comienza el 30 de enero, diputados y ministros canadienses debatirán un gran número de proyectos de ley.
Uno de ellos es la Ley de lucha contra el trabajo forzado y el trabajo infantil en las cadenas de suministro, también llamado S-211.
Aunque nadie se opone a la virtud, el proyecto "no tiene dientes", insinúa la directora de políticas de la
Red Canadiense para la Rendición de Cuentas de las Empresas, Emily Dyer.
Desafortunadamente, las virtudes reales y concretas no son evidentes. El proyecto de ley solo exige a las empresas canadienses un informe anual sobre si han tomado o no alguna acción para identificar el uso del trabajo forzado en sus cadenas de suministro. No las obliga a tomar ninguna acción concreta ni a prevenir los daños.
Casos y ejemplos en América Latina

Brasil es el segundo exportador más importante de café hacia Canadá.
Foto: Radio-Canada
En 2019, inspectores del Ministerio de Trabajo de Brasil efectuaron una redada en dos grandes plantaciones del estado de Minas Gerais y encontraron a 59 trabajadores -incluidos niños de 13 años-, todos indocumentados, mal pagados y sin los equipos de seguridad que exige la ley.
La investigación llevada a cabo por la Fundación Thomson Reuters a lo largo de seis meses reveló la existencia de un extenso trabajo en condiciones de esclavitud en la multimillonaria industria brasileña del café, a pesar de años de esfuerzos por sanear el sector, lo que ahora podría poner en peligro las ventas.
Además, la investigación reveló que el café producido mediante trabajo forzado en Brasil había obtenido erróneamente un sello libre de esclavitud
, emitido por los principales sistemas de certificación.

Casos de esclavitud en Brasil han sido documentados desde el 2015. En la foto, un activista y ex esclavo (aunque no relacionado con los casos del café), Miguel de Alexandre, en su casa en Brasil.
Foto: Getty Images / Mario Tama
Gracias a esos sellos, el café es vendido a los principales minoristas, incluidos Starbucks y Nespresso, que venden sus productos a los canadienses.
Brasil es el segundo mayor exportador de café a Canadá después de Colombia, con importaciones por un total aproximado de 150 millones de dólares en 2021, según el sitio Trading Economics.
El organismo canadiense Above Ground dio cuenta de estos hechos en su más reciente informe sobre el tema de la esclavitud y el trabajo forzado "(nueva ventana)." Crear consecuencias: es el momento de que Canadá actúe contra la esclavitud en las cadenas mundiales de suministro

Frambuesas
Foto: Radio-Canada
El Frutos rojos en México: trabajo forzado en la producción" (nueva ventana)
Centro Internacional de Solidaridad Obrera, CISO, por sus siglas en francés, da el ejemplo de bayas mexicanas en el sitio internet de su campaña contra el trabajo forzado y la esclavitud moderna en el ámbito agroalimentario: "La organización basada en Montreal, afirma que la mayoría de los trabajadores de este sector son jornaleros migrantes que se desplazan en función de los periodos de cosecha.
Familias enteras trabajan en los campos, padres e hijos por igual, algunos durante generaciones. En algunas regiones, se ven obligados a vivir en los campos en condiciones insalubres, donde están expuestos a productos químicos sin ninguna protección.

El informe habla de abusos a niños y a familias enteras en esa región mexicana.
Foto: Reuters / Mohammed Salem
Además, una investigación del Consejo Ciudadano de Derechos Humanos en Navolato, en el estado de Sinaloa, reveló la presencia de niños trabajando en empresas agrícolas, en contravención de los compromisos de México para erradicar el trabajo infantil.
Estos niños son rehenes en estas granjas, mientras que hay pruebas de tráfico de menores con fines sexuales. También hay que señalar que estas familias se encuentran en una relación de dependencia con los propietarios de los campos, que fijan el precio de los alimentos que se ven obligados a comprar a precios exorbitantes.
Al final de su contrato, a menudo no les queda casi nada para poder mantener a sus familias, por lo que se ven obligados a continuar indefinidamente, dice la agrupación internacional.
CISO afirma que unos 80.000 trabajadores agrícolas y sus familias son explotados por cultivadores que venden sus bayas a Driscoll's, multinacional agroalimentaria con sede en California cuyos productos se venden en Quebec.
¿Cuáles son las soluciones?

El proyecto de ley S-211 fue presentado por la senadora Julie Miville-Dechêne.
Foto: Radio-Canada / Martin Ouellet
Emily Dyer de la un cambio de actitud de las empresas
y no ha cambiado la realidad para las personas impactadas por la violación de sus derechos humanos.
Por eso, la Red, que trabaja desde 2005 demandando al gobierno canadiense adoptar leyes para responsabilizar a las empresas, considera que en lugar de aprobar la ley S-211, Canadá debería adoptar otro proyecto de legislación, que ya ha sido presentado, el C-262.
El proyecto de ley C-262 está basado en un modelo propuesto por la sociedad civil canadiense y dice claramente que las empresas deberían estar obligadas a respetar los derechos humanos y el medio ambiente y a prevenir los daños. También da a las personas impactadas acceso a los tribunales canadienses.
Emily Dyer es la directora de operaciones del Réseau canadien sur la reddition de compte des entreprises/Canadian Network on Corporate Accountability (Red Canadiense para la Rendición de Cuentas de las Empresas).
Foto: Captura de pantalla - Zoom / RCI
El acceso a las cortes de justicia canadienses sería posible en dos circunstancias específicas:
Si una compañía no hace su diligencia debida
Si una compañía está ligada a daños ambientales o sociales.
Emily Dyer explicó también que la Red tiene algo de esperanza
ya que el Ministro de Trabajo comentó en junio del 2022 que el proyecto de ley S-211 no era suficiente y que esperaba mejoras a la propuesta.
La directora de la urge una ley que realmente va a funcionar
.
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