Entra en vigor la suspensión de la venta de armas de fuego cortas en Canadá

Esta medida hace parte del plan de Ottawa para limitar el acceso a las armas de fuego para frenar el aumento de la delincuencia.

Según la normativa, los ciudadanos pueden seguir teniendo y utilizando sus armas de fuego registradas, pero ahora sólo podrán vender o transferir sus armas a personas o empresas exentas.

Las solicitudes de transferencia de armas de fuego presentadas antes de la fecha de hoy seguirán siendo tramitadas, según las autoridades.

Las empresas autorizadas pueden seguir importando y vendiendo armas de mano a otras empresas, como museos y la industria cinematográfica, entre otras, además de las fuerzas del orden, al personal de defensa y a otras personas exentas.

Según el gobierno de Canadá, entre las personas exentas se encuentran las que ya disponen de una autorización para portar armas de fuego, algo que para su obtención requiere de un permiso del Programa Canadiense de Armas de Fuego de la Real Policía Montada de Canadá, y las personas que entrenan, compiten o son entrenadores en una disciplina de tiro con pistola que sea un programa del Comité Olímpico Internacional o del Comité Paralímpico Internacional.

Sin estos requisitos y permisos, nadie en Canadá podrá comprar un arma de fuego a partir de este viernes.

Se busca la reducción de los delitos relacionados con las armas de fuego

El ministro federal de Seguridad Pública, Marco Mendicino, promocionó esta congelación de la compra, venta o transferencia de pistolas en un mensaje en las redes sociales, destacando que las nuevas normas mantendrán las armas de fuego cortas fuera de nuestras calles.

Según los datos nacionales sobre delincuencia, las pistolas fueron las armas más utilizadas en los delitos violentos relacionados con armas de fuego entre 2009 y 2020.

Los grupos que promueven el derecho a las armas de fuego y los conservadores de la oposición han criticado esta congelación, afirmando que la medida se dirige a los ciudadanos y a las empresas respetuosas de la ley y no a las armas ilegales y de contrabando.

La congelación de la venta, compra y transferencia de pistolas y revólveres forma parte de un paquete más amplio de control de las armas de fuego en Canadá: el proyecto de ley C-21 del gobierno, que se encuentra actualmente siendo procesado en el Parlamento en Ottawa.

Esa ley permitirá el retiro automático de las licencias para tener armas de fuego a las personas que cometan actos de violencia doméstica o de acoso criminal, como el acecho, así como un aumento de las penas máximas por contrabando y tráfico de armas, que pasarán de 10 a 14 años de cárcel.

Fuente: CBC / J. P. Tasker

Adaptación: RCI / R. Valencia