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¿Cómo funciona el libreto populista de Danielle Smith en Alberta?

Danielle Smith .

Danielle Smith prestando juramento como Primera Ministra de Alberta el 11 de octubre de 2022 en Edmonton.

Foto: La Presse canadienne / JASON FRANSON

RCI

Los comentarios de la primera ministra de Alberta, Danielle Smith, en su rueda de prensa inaugural el 11 de octubre en Edmonton, ofrecieron una visión del oscuro mundo del populismo de derecha en Canadá.

La primera ministra dijo que los albertenses no vacunados son el grupo más discriminado que he visto en mi vida, un comentario que luego intentó aclarar, pero del cual no se retractó.

Tal comparación muestra una ignorancia de las injusticias más profundas a las que se enfrentan muchos otros grupos a lo largo de sus 51 años de vida. El hecho de que esos comentarios fueron hechos desde el podio del Primer Ministro convirtió a la provincia en una vergüenza a nivel nacional e internacional.

Por otro lado, la retórica de Smith revela el intento de la primera ministra de definir a un pequeño e influyente subconjunto de la población: los antivacunas, como un conjunto más común y más agraviado de lo que la evidencia sugiere. En ese sentido, se inspira en el libreto de la derecha populista que se utiliza en otras partes del mundo.

El manual del populista

Las figuras políticas populistas de derecha, como la primera ministra Smith, tienen éxito cuando son capaces de hacer tres cosas:

  • Convencer a un grupo dominante que está siendo marginado.
  • Convencer a ese grupo de que ellos son la mayoría silenciosa.
  • Convencer al público en general de que el grupo es víctima y a la vez demasiado dominante como para desafiarlo.

Los dos primeros movimientos parecen contradictorios. ¿Cómo puede alguien ser, al mismo tiempo, marginalizado y formar parte de la mayoría de la población?

Los comentarios de Smith durante su primer día como primera ministra de Alberta alimentan el mito sobre la supuesta falta de poder de los libertarios rurales en esa provincia, cuando en realidad ellos disfrutan de tener asientos de primera fila en la mesa del gabinete. Ellos se han beneficiado de una sobrerrepresentación en la legislatura a lo largo de la historia de la provincia. ¿Cómo pueden entonces estar alejados del poder?

Danielle Smith.

Danielle Smith ha presentado repetidamente su proyecto de adopción de una ley de soberanía de Alberta como solución a cuestiones como la agricultura y la educación.

Foto: Radio-Canada / Manuel Carrilos Avalos

Los populistas superan esta contradicción persuadiendo a la gente de que son menos poderosos que ellos, de que están siendo dejados atrás por fuerzas que escapan a su control y de que son víctimas del sistema dirigido por una élite corrupta en contra de los intereses del pueblo real.

Al igual que el actual jefe del Partido Conservador federal, Pierre Poilievre, Danielle Smith ha definido a esas fuerzas como la coalición Trudeau-Singh-Notley en particular, y el establishment global del woke en general. Ella ha posicionado su propuesta de Ley de Soberanía de Alberta como un importante baluarte contra esos enemigos.

El término en inglés woke, que significa despierto en inglés, se originó en Estados Unidos, inicialmente para referirse a quienes se mantienen alertas o denuncian el racismo, el colonialismo y las injusticias sociales y medioambientales. Los discursos de derecha utilizan esa palabra con un énfasis peyorativo.

Estos mensajes ayudaron a Smith a llegar a ocupar el cargo de primera ministra de Alberta. El que consigan atraer a la población más allá de su base dependerá de su capacidad para completar el tercer movimiento del libreto populista.

A continuación, deberá convencer al resto de la sociedad de que el pequeño pero influyente grupo es una víctima digna de compasión y es tan grande que sería infructuoso desafiarlo. Este reto es el centro de una investigación llamada Common Ground, Terreno común, que muestra cómo los populistas recurren a los mitos para crear empatía hacia las comunidades políticamente dominantes.

Por generaciones, las élites conservadoras de Alberta han desarrollado una estrecha definición de lo que significa ser albertense. Este personaje está plasmado en el mito del cowboy, un estereotipo de base rural que está profundamente arraigado en la conciencia pública.

Cultivan esta imagen mediante la publicidad gubernamental y otras técnicas. El objetivo: establecer el icono del grupo: el vaquero, el trabajador del petróleo o el agricultor, por ejemplo, como emblema de la sociedad.

Si se logra establecer como consenso que un albertense de verdad es rural, rudo, individualista, blanco, obrero y masculino, entonces las ideas y acciones que se salgan de esas normas serán tratadas como extremas o marginales.

Un vaquero a caballo.

Por generaciones, las élites conservadoras de Alberta han desarrollado una estrecha definición de lo que significa ser albertense. Este personaje está plasmado en el mito del cowboy, un estereotipo de base rural profundamente arraigado en la conciencia pública.

Foto: getty images/istockphoto / alptraum

Al negarse a aceptar las palabras de los expertos que aconsejan llevar una mascarilla o vacunarse contra el Covid-19, la mentalidad del cowboy establece los límites de lo que son el pensamiento, la expresión y la acción aceptables en Alberta. Actuar fuera de esos valores equivale a una traición.

Este consenso no tiene por qué coincidir con la realidad demográfica de la sociedad ni con las actitudes personales de la mayoría de sus integrantes. De hecho, a menudo no lo hace.

La mayoría de la población tiene un falso sentido de la realidad social que le impide actuar en función de sus propios intereses porque se piensa que hacerlo iría en contra de la corriente. Se tiene una idea exagerada de lo extendidos que están los puntos de vista estereotipados.

En el caso de la primera ministra de Alberta, Danielle Smith, el Partido Conservador Unido de esa provincia ha convencido a una parte de la población de que su mítico albertense, el ciudadano medio en esa provincia, está siendo víctima de ataques a su libertad médica. Sin embargo, la mayoría de los albertenses no se siente ni piensa ni actúa como el personaje construido como símbolo de la provincia.

La inmensa mayoría de la población en Alberta se vacunó, por ejemplo. La mayoría no está de acuerdo con Danielle Smith sobre la salud pública, la justicia social y el movimiento de llamado Convoy de la libertad, que fue un movimiento de protesta antivacuna y antigubernamental que bloqueó la capital Ottawa entre enero y febrero de este año..

Sin embargo, Smith espera que muchos empaticen con la situación del mítico cowboy que funciona como símbolo de su comunidad. La idea que el populismo de derecha busca extender es que si ese vaquero albertense está siendo marginado como padre de familia que rechaza las vacunas, entonces todos los ciudadanos de Alberta están siendo marginados.

Una manifestación en Alberta en rechazo a la vacuna contra el Covid-19.

Una manifestación en Alberta en rechazo a la vacuna contra el Covid-19.

Foto: Radio-Canada / Axel Tardieu

Desglosando el atractivo

El libreto populista es menos eficaz cuando la gente reconoce el juego como lo que es: un intento engañoso de elevar las quejas de una comunidad pequeña pero dominante sobre todas las demás, disfrazando sus intereses como si fueran los de la gente común.

Ese libreto también fracasa cuando los votantes se dan cuenta de que las normas imperantes que les han vendido los populistas no están en consonancia con la opinión pública y son incapaces de hacer frente a los retos del momento.

Una vez desvelada la farsa, se abre el espacio para nuevos líderes dedicados a la equidad y la diversidad, que pueden empezar a construir una visión más inclusiva de la sociedad, en lugar de figuras políticas que promueven la exclusión y el conformismo.

En este caso, esto significa ampliar lo que significa ser albertense y redefinir la imagen y las prioridades de la provincia de Alberta para que estén en sintonía con los deseos de la población y las exigencias actuales.

En este sentido, la retórica de la primera ministra Michelle Smith puede suscitar importantes debates entre los albertenses sobre quiénes son y a quiénes quieren como sus representantes. Ese tipo de reflexión colectiva es el verdadero antídoto de base contra el populismo de derechas.

Fuente: CBC / J. Wesley

Adaotación: RCI / R. Valencia

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