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[Reportaje]: La brecha salarial de los latinos en Canadá

En Canadá existe una cadena de tiendas de cosas a un dólar: Dollarama. Solía vender productos a ese precio, pero la realidad es que ya son muy pocas las cosas que cuestan realmente un dólar y, más bien, el costo de los artículos era -importante, de un máximo de 4 dólares. Esta semana, la cadena anunció que de ahora en adelante venderá productos con variados precios, hasta llegar a los 5 dólares.

Canadian dollar bills.

Los inmigrantes latinoamericanos ganan, en promedio, menos que los canadienses. En el caso de las mujeres la brecha es incluso más significativa.

Foto:  CBC

Maria-Gabriela Aguzzi

Usted se preguntará ¿por qué un reportaje sobre la brecha salarial que enfrentan los latinoamericanos y el efecto de la inflación comienza con una breve historia sobre Dollarama? Esta breve introducción da una perspectiva de cómo están subiendo los precios en Canadá y del impacto que la inflación está teniendo en las familias de este país, que, como suele suceder, es mucho más profundo para las personas más vulnerables, incluyendo a muchos latinoamericanos.

La brecha salarial entre inmigrantes y canadian-born es bien conocida. No afecta a todos los sectores ni a todos los empleos, pues no se observa, en general, en rubros que están regulados por grillas salariales, en los que el ingreso se ajusta dependiendo de la experiencia. Pero sí es una realidad que ha sido expresada en varios estudios. Un profesor de la Universidad Concordia, ubicada en Montreal, decidió meter la lupa en los datos oficiales de Estadísticas Canadá, para ver cómo era esa diferencia salarial en el caso de los latinoamericanos. Los resultados, si bien complejos, son sorprendentes, aseveró en entrevista con RCI el doctor en sociología, Alejandro Hernández.

Es un escenario complejo, porque cuando hablamos de latinoamericanos hablamos de muchos países y, al mismo tiempo, hablamos de muchas historias y muchas razones por las que los latinoamericanos han venido a Canadá. Y eso también complica un poco el tratar de dar una respuesta general que abarque a todos los latinoamericanos, explicó el profesor.

Hernández aprovechó la oportunidad para recordar que en Canadá son muy pocas las personas que se dedican a estudiar a este grupo demográfico, a diferencia de Estados Unidos, quizá porque los números aún no lucen tan interesantes como al sur de la frontera (recordemos que en territorio canadiense hacen vida un millón de personas de origen latinoamericano).

Olas de inmigración

De acuerdo con los datos analizados tanto por Hernández como por Fernando Mata, demógrafo social y profesor asociado de la Escuela de Estudios Sociológicos de la Universidad de Ottawa, los latinoamericanos que viven en Canadá están presentes en todos los mercados laborales, pero están rezagados respecto al ingreso total promedio del canadiense.

En la entrevista con RCI, Hernández especificó que los canadienses ganan, en promedio, 68 100 dólares anuales, mientras que los hombres latinoamericanos ganan, también en promedio, 45 500 dólares anuales y las mujeres, 33 000 dólares por año.

A las mujeres les va muy mal, desafortunadamente, con relación a varias dimensiones: les va mal con relación al promedio del canadiense, les va mal con relación a las mujeres canadienses, les va mal con relación a su grupo étnico, les va mal con relación a los hombres de su grupo étnico. Es desafortunado.
Una cita de Alejandro Hernández, doctor en sociología y profesor de la Universidad Concordia.

Algunos hallazgos

Parte del análisis hecho a las estadísticas oficiales, correspondientes al censo de 2016, fue publicado por Hernández y Mata en un paper en The Conversation. Estos son algunos de los puntos que resaltaron en el artículo:

  • Poco más de 92.000 latinos fueron admitidos como residentes permanentes en Canadá entre enero de 2007 y abril de 2021.
  • La participación de los latinos en el mercado laboral canadiense varía. Por ejemplo, 22 % de los latinos trabaja en ventas y servicios, mientras que 5% trabaja en campos relacionados con la salud.
  • Entre los latinos que trabajan en salud, la mitad de los hombres (50,4 %) y 44,1 % de las mujeres están empleados como auxiliares de enfermería, mientras 8,5 % de los hombres y 15,1 % de las mujeres están empleados como enfermeros registrados.
  • Su importante participación en trabajos de primera línea ha aumentado sus riesgos relacionados con la salud durante la pandemia. Los latinos tienen siete veces más probabilidades de ser hospitalizados con COVID-19 que cualquier otro grupo étnico-racial en Toronto. También tienen la segunda tasa de mortalidad más alta entre las comunidades de inmigrantes afectadas por COVID-19 en Canadá.
  • Hay significativamente más mujeres latinas en el campo de la educación (16 %), con numerosas nacionalidades representadas: nicaragüenses, peruanas, chilenas, colombianas, costarricenses, brasileñas, argentinas y bolivianas. Solo el 8% de los hombres trabajan en este rubro, particularmente salvadoreños, chilenos y cubanos.
  • A las latinas que trabajan en administración, negocios, ciencias, salud y educación (64 %) se les paga en promedio $13 400 menos que al 48 % de hombres latinos que trabajan en los mismos campos. Los hombres ganaban, en promedio, $55 300 y las mujeres $41 900.
  • Para aquellos que trabajan en arte, ventas y servicios, oficios, recursos y manufactura, a las mujeres se les pagó en promedio $11 400 menos que a los hombres: los hombres ganaron, en promedio, $33 600 y las mujeres $22 200 anuales.

Según el especialista, esta brecha corresponde a múltiples factores, entre los que destacan el campo de empleo, la ubicación, la nacionalidad, el tiempo en Canadá y su género. No estamos muy bien en nivel de promedio salarial con relación a los canadienses, dijo.

Un punto que tiene alta relevancia es el tiempo que tienen los inmigrantes latinos en Canadá. Son bien conocidas las olas de migraciones. Hernández recordó que inicialmente se dio una ola de migrantes que fueron expulsados por sistemas opresivos: regímenes militares en el sur y en Centroamérica, que llegaron como refugiados en su mayoría. Estamos hablando de chilenos, guatemaltecos y salvadoreños. Recientemente ha habido nuevas olas, dominadas por mexicanos, brasileños, colombianos y venezolanos.

Este es un punto importante porque la brecha varía de acuerdo con el tiempo que los inmigrantes latinos llevan en Canadá. En los estudios de migración se considera que deben transcurrir 10 años, es decir,  10 años -en teoría-  son los que se necesitan para que una persona migrante logre llegar al promedio del salario del canadiense.  Sin embargo, estudios recientes han demostrado que este periodo se ha alargado y se va alargando más y más, indicó Hernández.

Personas con menos experiencia tienen mejores cargos

Patricia (nombre modificado a petición de la entrevistada) es colombiana y vive en Montreal desde hace seis años. Tiene dos hijos y una familia mixta, porque su esposo es quebequense. En estos momentos tiene poco tiempo trabajando en uno de los departamentos jurídicos de una entidad financiera. Aseguró en entrevista con RCI que a pesar de tener experiencia y capacidades similares a las de sus pares, gana menos que ellos. No pudo precisar cuánto exactamente. Veo incluso a personas con menos experiencia y menos educación y tienen mejores cargos. Me parece que les tienen más confianza porque son de aquí.

En su anterior trabajo Patricia no solo vivió en carne propia la diferencia salarial con sus pares nacidos en Canadá, sino una difenrencia más afianzada por el solo hecho de ser mujer. Aunque me sentía más escuchada en mi antiguo trabajo, quienes tomaban las decisiones eran los hombres. Mi jefe decía que eran hombres de negocios que querían tratar con hombres de negocios.

Como muchos núcleos familiares canadienses, la inflación en Canadá llevó a esta familia mixta a hacer ciertos cambios para enfrentar el alza de los costos. Patricia mencionó que cambiaron de cadena de supermercado, tratando de encontrar mejores precios, algo que han logrado con productos no perecederos y granos. No así con la carne, porque queremos preservar la calidad.

Cuando se le preguntó qué cree que se debe hacer para eliminar la brecha salarial entre inmigrantes y canadienses, Patricia aseveró que es necesario abrir la mente de los quebequenses, porque muchos creen que en nuestros países no hay buenos profesionales.

Difícil integración económica

Hernández resaltó que esta es una realidad bien conocida y que muestra, desde otro ángulo, el complejo proceso de integración económica al que se enfrentan muchos inmigrantes, no solo los latinoamericanos.

La realidad es que desde los ochenta -y eso es algo que mucha gente olvida-, los migrantes, tanto latinos como no latinos, siguen encontrando dificultades de integración a pesar de que tienen educación de sus países de origen. En la investigación documental que he hecho en Canadá, desde los ochenta encuentro recomendaciones e investigaciones de cómo el gobierno podría aceptar o reconocer la educación. Estamos escuchando esto desde hace 40 años y hoy en día seguimos hablando de que necesitamos hacer algo para que los empresarios reconozcan esos estudios, esas competencias. Es el mismo discurso de hace 40 años y nada ha cambiado.
Una cita de Alejandro Hernández, doctor en sociología y profesor de la Universidad Concordia.

Esto evidencia que si bien Canadá mantiene un sistema migratorio fuerte, muy bien establecido y reconocido a nivel mundial, que incluso es imitado por otros países, pero que la integración económica de muchos inmigrantes sigue siendo un reto.

Es un sistema que funciona  para traer migrantes económicos, con capital humano, con conocimiento, con educación, pero que una vez que llegan, su educación y su experiencia laboral no son reconocidos. Esto no solo los afecta económicamente, en el sentido de que disminuye el porcentaje del dinero que ellos ganan, sino también influye a nivel emocional. Es un shock emocional y cultural. Porque una vez que la persona cae en ese pozo -de que no reconocen sus estudios, ni su experiencia laboral- es muy difícil salir, porque por un lado tienes que sobrevivir con trabajos que te fatigan. No tienes ánimo de estar mandando CV. Tienes que estar al día a día sobreviviendo. Es como una especie de trampa, es muy complicado.

un homme en costume

Alejandro Hernández es profesor asistente en la Universidad de Concordia, ubicada en Montreal. Tiene un doctorado en Sociología, con especialización en Economía Política y recibió un Vanier Scholar, el premio internacional más prestigioso del gobierno de Canadá para estudiantes de doctorado.

Foto: RCI / Cortesía Alejandro Hernández

Las barreras para la integración

Nicolás (nombre modificado a petición del entrevistado) vive en Toronto desde hace 21 años. Trabaja en el sector de la educación, es decir, en el sector público y, por ende, no experimenta brecha salarial. Sin embargo, Nicolás quiso participar en el reportaje para exponer otra realidad a la que se enfrentan los inmigrantes: las barreras con las que se encuentran a la hora de hacer valer su educación y su experiencia cuando llegan al país, en especial si son profesionales de áreas reglamentadas bajo colegios u órdenes profesionales.

"Trabajo en el Toronto District School Board y mi colegio profesional es el Ontario College of Teachers. Cuando llegué no sabía lo que iba a hacer. Vine como residente permanente. Tenía un título de escuela primaria de mi país de origen. Soy también licenciado en psicología", comentó en entrevista con RCI.

Cuando tenían dos años establecidos en Canadá, se encontró en una encrucijada bien conocida para muchos inmigrantes: estudiar o hacer valer sus estudios.

Ya tenía que empezar a definir qué iba a hacer -al principio, como todo el mundo, uno hace lo que le viene, los trabajos que jamás pensaste que los ibas a hacer, los haces-. Hablé con amigos y me dijeron que podía ser profesor acá. Empecé a averiguar cómo era todo. Tenía bastantes años de estudio y de trabajo en educación. Antes de empezar a hacer trámites pude conversar con personas y enterarme de otros profesores latinoamericanos que querían certificarse acá y escuché la cantidad de burocracia y trabas que le ponían en el college. Empecé a ver estas historias y me di cuenta de que te ponen muchas barreras y prácticamente nada a tu favor. Entonces llegué a la conclusión: entre pelearme con estos tipos o intentar entrar a la universidad, voy a hacer la prueba de entrar a la universidad. Claro fue otra burocracia….

Nicolás logró entrar en la universidad y sacar su certificado para ser educador en la provincia de Ontario. Fue una muy buena experiencia. Tuve la gran fortuna de tener una instructora muy valiosa, quien con toda la paciencia me ayudó. Así logró encontrar un empleo con un salario que reconoció parte su experiencia. Cuando empecé, me pusieron en el sótano (en términos de salario), pero mi madre fue al Colegio de Profesores de mi país de origen y consiguió todas las certificaciones de servicio que había tenido, las hizo legalizar, me las mandó y con eso yo me presenté a una reevaluación de salarios y fue así como me pasaron del primer escalón en la grilla al cuarto escalón. Me reconocieron entonces parte de la experiencia. Todo esto para decirte que los colegios profesionales no sirven a nadie sino a ellos mismos, advirtió.

A pesar de que no sufre de brecha salarial y estar en el escalafón más alto de la grilla salarial, gracias a sus años de experiencia, su familiaa también está afectada por la inflación. Es un desastre. El salario se ha ido recortando. Antes de la pandemia con 20 dólares llenabas el tanque de gasolina para la semana. Hoy son 40, 50 dólares. Una compra para una familia que está más o menos bien, la hacías con 150 dólares por semana y estabas muy bien. Hoy es el doble.

Un chariot de supermarché dans une allée d'épicerie.

La inflación llegó a Canadá a su punto más elevado en tres décadas en febrero de 2022. Es una penalización adicional para los latinoamericanos más vulnerables que viven en este país.

Foto: getty images/istockphoto / Aleksandr_Vorobev

La experiencia con la inflación

Canadá, al igual que otros países del mundo, está lidiando con una inflación histórica, que alcanzó un índice de 5,7% en febrero, el más alto en tres décadas. Y en todo este escenario de altos precios, de compras en el supermercado más costosas y de hacer ajustes, los latinoamericanos, sobre todo los más vulnerables, también se enfrentan a situaciones complejas, muchos de ellos cambiando hábitos de consumo y buscando formas de aumentar los ingresos.

Paradójicamente, de acuerdo con análisis, muchos están mejor preparados para enfrentar crisis inflacionarias, gracias a la experiencia que traen de sus países de origen.

“Creo que esa experiencia de quienes hemos vivido eso, nos permite tener estrategias que podemos implementar rápidamente, a diferencia de los canadienses. Me da la impresión de que los canadienses en general son menos reactivos, hasta que ven, por ejemplo, el precio de la gasolina aumentar. Mis papás vivieron la crisis económica de los ochenta en México.

Eran clase trabajadora, pero eso me permitió precisamente ver sus estrategias de sobrevivencia, truquitos que hacían para llevar el día a día. Creo que la falta de experiencia en estas crisis para algunos canadienses no les permite implementar estrategias tan pronto en comparación con migrantes que venimos de países donde esas son cosas del día a día,”, explicó Hernández.

Pero el punto más importante de esta reflexión es cómo los latinos que hacen vida en Canadá, muchos ya rezagados en términos salariales, viven ante un fenómeno inflacionario de más de 5% anual. “A mí lo que me preocupa no es necesariamente los latinos a los que les va bien, que son de la clase media,  por decirlo así,  sino aquellos que ya viven del día a día en Canadá, porque su educación no es reconocida, porque su experiencia laboral no es reconocida, porque sus idiomas no son buenos".

A esta gente, que va el día a día sobreviviendo, se le penaliza con el 5% de inflación, donde los costos suben, entonces, pues claro que unque la gente use estrategias de sobrevivencia, eso también significa que ya son estrategias de sobrevivencia doble: ya tenías un número de estrategias que te permitían salir adelante, más o menos, y ahora a lo mejor ya no vas a comprar leche cada semana, a lo mejor no vas a comprar carne o pescado.
Una cita de Alejandro Hernández, doctor en sociología y profesor de la Universidad Concordia.

Claro que la inflación está afectando a la mayoría de los canadienses, inmigrantes, inmigrantes latinos, nacidos aquí… Pero a los latinos en situación vulnerable, mucho más. Son los sectores más vulnerables de los latinoamericanos por ejemplo, gente que viene como refugiada, que no tienen mucho,  que vinieron sin nada, con poco dinero,  se trata de gente que realmente está sufriendo ahora, advirtió Hernández.

Maria-Gabriela Aguzzi

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