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Por qué Canadá debe considerar aceptar a refugiados del cambio climático
Estragos tras el paso del huracán Eta en Honduras en noviembre de 2020.
Foto: Reuters / JORGE CABRERA
Mientras los países de todo el mundo luchan contra los crecientes impactos del calentamiento global, incluidos los incendios, las sequías y el aumento del nivel del mar, hay una consecuencia que, según los críticos, Canadá no está considerando adecuadamente: son los refugiados del cambio climático.
Según un informe del Banco Mundial de 2018, para el año 2050 unos 143 millones de personas podrían verse obligadas a huir de condiciones meteorológicas extremas como la pérdida de cosechas, la escasez de agua y otros daños relacionados con el clima.
Un próximo informe de la Asociación Canadiense de Abogados de Refugiados pedirá al gobierno federal que se prepare para esos cambios en los patrones de migración.
Canadá no reconoce a los migrantes climáticos, afirma Warda Shazadi Meighen, abogada especializada en inmigración y refugiados, y coautora del informe.
No hay nada en las normas que obligue a los funcionarios de inmigración a prestar atención específicamente a la situación de los migrantes climáticos
, dijo Shazadi Meighen en una entrevista con el difusor público canadiense CBC. Eso significa que cualquier persona que huya de los efectos del cambio climático tendría que solicitar el estatus de refugiado por causas de persecución, basándose en motivos reconocidos como la raza, la religión, la nacionalidad o la opinión política.
En enero de 2020, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Canadá pidió al gobierno federal que examinara sus propias leyes y políticas en materia de refugiados, migrantes y cambio climático.
El nuevo informe de la Asociación Canadiense de Abogados de Refugiados ofrece varias sugerencias para abordar esta cuestión. Por ejemplo, recomienda emplear el mismo tipo de enfoque que se utilizó tras catástrofes como el terremoto de 2010 en Haití y el tsunami de 2004 en el océano Índico, permitiendo a las personas solicitar la residencia permanente por motivos humanitarios y de compasión.
El informe también sugiere que Canadá utilice su alabado programa de patrocinio, que permitió a los ciudadanos canadienses apadrinar a refugiados que huían de la guerra en Siria.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, da la bienvenida a los refugiados sirios el 11 de diciembre de 2015 en el aeropuerto internacional Pearson de Toronto.
Foto: La Presse canadienne / Nathan Denette
Por su lado, el Ministerio de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá informó que vigila constantemente las implicaciones del cambio climático en la migración, y se mantiene firme en su voluntad de ofrecer protección a los refugiados que huyen de la persecución.
Ese ministerio también dice que, en caso de catástrofes naturales, las decisiones se toman caso por caso y pueden incluir la agilización de las solicitudes de refugio y la ampliación de las visas de residencia temporal para quienes ya están en Canadá.
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David Boyd (nueva ventana), relator especial de la ONU para los derechos humanos y el medioambiente con sede en la provincia de Columbia Británica., ha viajado a muchas regiones del mundo donde el cambio climático ya está desplazando a la población. Una de ellas es la República de Fiyi, donde la gente se quedó sin techo tras el paso del ciclón Winston en 2016, uno de los más fuertes jamás registrados.
La gente vive ahora en circunstancias realmente difíciles, básicamente en tugurios en las afueras de Suva, la mayor ciudad de Fiyi, y no hay duda de que, desde una perspectiva científica, son migrantes climáticos.
Él también visitó una aldea llamada Vunidogaloa, donde una comunidad indígena costera se vio obligada a trasladarse unos tres kilómetros hacia el interior. Fue desgarrador ver esto porque estas personas durante muchas, muchas generaciones han vivido directamente conectadas con el océano en todas sus actividades
, añadió.
Ahora Boyd está pidiendo a su propio país, Canadá, que haga más en la materia. Según la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, hay tres obligaciones humanitarias centrales: mitigar el cambio climático reduciendo las emisiones; ayudar a los esfuerzos de adaptación reduciendo los riesgos relacionados con el clima; y hacer frente a las pérdidas y los daños allí donde se produzcan.

David Boyd, relator especial de la ONU para los derechos humanos y el medio ambiente.
Foto: Radio-Canada / Etienne Leblanc
Otros acuerdos internacionales exigen que Canadá ayude a los países del hemisferio sur a mejorar las condiciones de vida para que haya menos empuje hacia la migración, dijo Boyd, que también es profesor asociado de derecho, política y sostenibilidad en la Universidad de Columbia Británica.
Nos gusta pensar que somos un país generoso y compasivo. Pero si observamos la cantidad de ayuda oficial al desarrollo que proporciona Canadá, sólo llegamos a una tercera o cuarta parte del dinero que proporcionan los países escandinavos. Así que nos queda un largo camino por recorrer entre lo que decimos y lo que hacemos.
Shazadi Meighen sostiene que Canadá podría aplicar rápidamente algunas medidas de migración climática porque no requieren necesariamente una nueva legislación, y como el riesgo climático es científicamente cuantificable, también sería fácil para las autoridades evaluar las reclamaciones de los migrantes desde la perspectiva climática. Según ella, los canadienses probablemente respaldarían el enfoque.
El apoyo a la inmigración nunca ha sido elevado
, afirma Shazadi Meighen, que llegó a Canadá como refugiada desde Pakistán cuando tenía seis años. Estamos en un momento en Canadá en el que mucha gente es susceptible de unirse en torno a la concesión de un estatus a las personas que están siendo desplazadas por la migración climática
.
Fuente: CBC / J. Van Evra / RCI /Adaptación RV